Para 2013 se espera el estreno de la serie documental Mutancia: crónicas del rock villalemaníaco, a través de Canal 4, UCV Televisión. Sin embargo, ya fue presentada a una audiencia el pasado 7 de diciembre en el Anfiteatro del Palacio Cousiño (Duoc UC). Ganadora del Fondo de Fomento de la Música Nacional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes 2012, Mutancia realiza una revisión histórica de la música rock de Villa Alemana, a través de entrevistas a sus propios protagonistas, como La Floripondio, Sonora de Llegar, Los Sandors, Los Trapos, LSD, Villa Alemana Rok!, Paraguaplejico y Ska Prensao, entre muchos otros. Conversamos con su director Cristián Luna.
¿Qué es Mutancia?
-Básicamente, es una serie de televisión que indaga sobre los últimos 40 años de la historia de una ciudad, un pueblo chico. Que yo creo, su máximo valor patrimonial es un patrimonio inmaterial, en este caso, su gente y su música como medio de expresión junto con el arte visual, la literatura, la poesía. Pero la música tiene esta cosa que es un poco más explosiva, un poco más extrovertida.
¿Cómo surgió este proyecto?
-La idea surge el año pasado, después de algunos hechos y de indagar sobre la historia musical villalemanina y, teniendo amigos que son músicos, se crea la idea de contar la historia de estos músicos. Y cómo era difícil hacer música en una ciudad tan chica como Villa Alemana, siendo que en los noventa tenía una onda e, incluso, en los setenta. Siempre Villa Alemana ha dado de qué hablar. En los setenta, las primeras comunidades hippies en Chile llegan a Villa Alemana, con el uso del LSD. Eso, unido a un panorama musical más o menos potente. Tenía una disco que era bien potente, la “Guarnición Sandor”, de la banda “Los Sandor”. Y los “LSD” fue una banda bien famosa a nivel regional y a nivel nacional también, alcanzaron a sacar su grabación. Eso en primera instancia.
¿Cuál es tu motivación para realizarlo?
-Mi motivación personal es inmortalizar todo el rato. Inmortalizar a todos los que han entregado algo por este pueblo, en su música. La escena es muy under, es tan under que hay mucho que se pierde en el olvido. Lo que voy haciendo en ese sentido es tratar de regular algo de ese material y dejar constancia de que esos personajes existieron.
¿Qué rasgos de identidad descubres en este territorio-provincia y que pueden verse reflejados en su escena?
-En Villa Alemana todo se hace a pulso, es un pueblo chico, medio campestre, es una ciudad dormitorio donde gran parte de los padres trabajan, pero los jóvenes no tienen absolutamente nada que hacer en el pueblo. Así que buscan alternativas para dejar de estar en ese hábito de no hacer nada y en uno de esos ámbitos está la música y el rock and roll. Eso es así desde los 60 hasta ahora. Yo creo que la identidad del villalemanino pasa por un ente solidario, independiente de su clase social o postura política, su cultura; se ayudan siempre mutuamente y tratan de enfrentar los problemas como conjunto y así solucionarlos. Y en el rock se da con mayor razón por lo escuálido de la escena y por los pocos espacios donde tocar, por ejemplo.
¿Cómo abordas esta historia? ¿Cuáles son tus fuentes y referentes?
-Las fuentes son una serie de documentales y unas series de televisión que vi en algún momento, años atrás… Quizás las referencias más fuertes puedan ser “Las 7 edades del Rock de la BBC”: ese contar a través de cuñas, no que un personaje esté dos minutos hablando, sino que hayan varias cuñas de por medio. Que todos los personajes vayan construyendo la historia, dejando de lado al narrador. Eso es importante para mí, nunca me imaginé como un narrador determinado, sino que alguien que contara la historia, que la podían contar estos personajes, era ideal. En total son 40 personajes entrevistados, son 40 años de música en la ciudad.
En 40 años el país atraviesa por procesos diferentes, políticos, sociales, ¿cómo se cruzan con la escena villalemanina?
-Eso se nota: es cosa de ver los capítulos. Si bien el texto puede ser el mismo y la problemática pueda ser la misma, se nota; hay una diferencia de acuerdo a los años que pasan. El tema de los 60, la revolución hippie, la marihuana, las tocatas y los hippies en relación con los 70 y 80, con la dictadura militar y cómo se hacía música a escondidas. Con los 90, la liberación después de todo esto. El 2000 es en el que se empiezan a perder los espacios hasta ahora. En sí, Villa Alemana es una ciudad de derecha, no de izquierda. Todos los alcaldes de Villa Alemana, desde que yo tengo uso de razón, exceptuando García, han sido de derecha. Entonces ahí hay un tema a considerar. Una ciudad donde viven hartos marinos. Es extraño que se generen este tipo de movimientos acá. Está la parte más mística, con la placa de Cuarzo, que se dice que Villa Alemana tiene una intensidad determinada con algunos gestos paranormales, por así decirlo.
